domingo, 22 de diciembre de 2013

Amor Maldito ... Maldito Amor


       
     Era una tarde soleada de primavera. La temperatura era la ideal, ni mucho calor, ni tampoco mucho fresco. Estaba sentado en un banco y tan solo quería relajarme. Me gustaba ver a los niños corretear de un lado a otro, me hacían gracia sus comentarios.  Estaba absorto en mis pensamientos cuando la vi aparecer ante mí. Al principio tan solo pude
distinguir su figura recortada al contraluz y se fue acercando  lentamente hacia donde yo estaba, hacia mi banco. Su rostro fue apareciendo poco a poco. Y empecé a distinguir sus dorados y largos cabellos, sus bellos y profundos ojos azules, Toda ella parecía salida de un cuento de princesas. Irradiaba hermosura por todas partes.

            Con mucha gracia en sus movimientos se sentó a mi lado. Me miro fijamente y luego volvió su vista hacia delante fijándose en la nada. A mí me temblaba todo. Había sentido un escalofrío de placer por todo el cuerpo y mi corazón galopaba alocadamente. Tenía la necesidad de hablarla, de decirle lo maravillosa que era, pero no me atrevía. Sabía que no iba a conseguir pronunciar ni una palabra. Una gota de sudor por el nerviosismo me recorrió la mejilla. Ella como si hubiese adivinado mis pensamientos me miro esbozo una dulce sonrisa, a la cual yo la conteste con una sonrisa nerviosa. Sabía que la había fastidiado, ahora ella podía pensar que yo era un lerdo. Pero me sorprendió. Con su dulce voz me dijo – tranquilo no pasa nada – intentaba que me tranquilizase. Algo que yo no iba a conseguir.

            Después de varias horas de charla que a mí me parecieron minutos. Por fin me conseguí lanzar. Sabía que podía resultar una locura. Pero me armé de valor y le ofrecí mi corazón. Ella me miro sorprendida y lo acepto. Y me susurro - Por y para siempre tu corazón será mío y no me lo quitara nadie - Me quede un poco extrañado ante tal frase, pero dado mi estado de locura por amor no le di mucha importancia.

             Nos levantamos al fin del banco caída ya la tarde y me pidió que la acompañase, a lo cual yo acepte con mucho gusto. Tras andar por varias callejuelas por las cuales la luz había dejado paso paulatinamente a una  terrible oscuridad.

Note un cambio en ella. Sus rasgos cambiaban. Reaccione tarde al darme cuenta que detrás de tanta belleza se escondía un alma terrorífica y maléfica.

Comencé una alocada carrera hacia la luz. Corría sin cesar. Sin volver mi vista. Siempre fija. Y detrás siempre el eco de su voz diciendo que por mucho que corriese ese corazón ya era suyo… - Jajajajaja... - su risa era tenebrosa. Y entonces ella cerró su mano en el aíre, destrozando así  mi corazón.

Allí me desplomé con una lágrima rodándome por la mejilla. Mirando al vacío. Vi  mi cuerpo se inerte en el suelo, sin vida al haberme quedado sin su motor, sin el corazón destrozado por aquel alma sin piedad. En aquel oscuro callejón.

Y esa es la terrible historia de mi único y mal afortunado amor, que os cuento desde mi purgatorio, para que vosotros que aun estáis con vida no cometáis mi mismo error. Y ahora me voy a descansar en paz. Que la vida os aguarde por muchos años en su seno.



Licencia de Creative Commons
Amor Maldito...Maldito Amor. by Gabriel Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License.